fs_01x07Pilar Salamanca.

La vida está llena de sorpresas. Siempre pensé que Valladolid era una ciudad gris, con la misma gente de siempre, las mismas caras, los mismos bares, el mismo escenario y telón, y casi casi, si me apuras, las mismas conversaciones. Me fui de aquí unos años y al volver, me había preparado psicológicamente para esa rutina de nuevo, pero para mi asombro, Valladolid –como cualquier otra ciudad– guarda pequeñas sorpresas. Una de ellas ha sido encontrarme tomando un café con una mujer vallisoletana, como yo, que nada tiene que ver con los estereotipos, con las reglas establecidas. Además de vallisoletana «sin serlo», esta mujer es filóloga, novelista, poeta, periodista, madre, profesora, luchadora, feminista y además, una persona sin pelos en la lengua. Tengo el placer de presentarles a Pilar Salamanca, a la que agradezco enormemente el tiempo que me ha dedicado.

Sus respuestas, seguro, no os dejan indiferentes.

 

Los estudios más recientes de narrativa hispánica describen la literatura de transición como una ruptura del «pacto de silencio» impuesto por los dirigentes, que escritoras como Dulce Chacón deciden transgredir apelando a testimonios que vivieron estos momentos de la historia. ¿»A capella» podría formar parte de esta ruptura?

Sinceramente no sé qué decirte. Cuando escribí esta novela lo único que quería era, sí, romper el silencio, pero se trataba sobre todo del silencio que reinaba en mi familia. Era todavía muy pequeña cuando decidí que no pensaba someterme a esa regla, cuando decidí  que llegado el día, negociaría con el mundo con mis propias condiciones sin aceptar presiones de padres, abuelos tíos o tías y, sintiéndome plenamente responsable de mí misma  

Cuando escribe, ¿se siente más cómoda haciéndolo en primera o en tercera persona?

Depende de la novela. A veces, la primera persona es necesaria pero en general, no, no me siento cómoda con ella.

Varias de sus novelas se sitúan en España, en momentos clave de su historia. Si tuviera que definir su obra, ¿diría que se trata de novelas autobiográficas de ficción, de memoria o documental?

Pues de nuevo no sé qué decirte. No me gustan las etiquetas pero, en todo caso, seguro que hay personas que pueden “ clasificar” mis novelas mucho mejor que yo misma. Si te sirve de algo lo que puedo decir es que  -más que la Historia –es  la realidad lo que me importa o, mejor dicho, algunas “realidades”. Otras no, por muy históricas que sean.

Su última novela «Soñar con ballenas» sitúa la historia entre la II República Española y la Guerra Civil. ¿Se trata de una casualidad o siente alguna predilección por este periodo de la historia?

Desde el punto de vista literario no tengo predilección por ningún periodo de la historia. “Mi historia” sucede en esas fechas. Eso es todo.

En «A cielo abierto» plasma su debilidad hacia Palestina, ¿qué tópicos occidentales sobre el mundo árabe destacaría?

Yo no tengo ninguna “debilidad” por Palestina. En todo caso sería lo contrario. Esta tierra es para mi un ejemplo de fuerza y de resistencia. Y en cuanto a los tópicos “occidentales” me gustaría recordar sólo uno de ellos (para lo demás te remito a Edward Said): Los occidentales nos hacemos la picha un lio y lo confundimos todo. No existen “los árabes” (a excepción de los nacidos en la Península Arábiga). Existen los palestinos, los sirios, los marroquíes, los libaneses, los argelinos…¿a quién te refieres?

¿Cree usted que la mujer palestina es menos libre que la mujer occidental, o son «prisiones» distintas? ¿Qué corsés quedan aún por eliminar a las mujeres occidentales?

La mujer palestina, en general, es lo más grande, lo más valioso, lo más importante que tiene esta tierra. Dicho esto, sus “prisiones” son las mismas – con diferencia de matices – que las de  otras mujeres de todo el mundo:  poder patriarcal y religión.   

El problema de género ha pasado a ser un problema de menor gravedad teniendo en cuenta la situación de España actual, ¿cómo enfocaría Ud. la lucha feminista hoy?

¿Te refieres al sexo? (es que no estoy muy segura del  alcance de la palabra género) Porque si es así no creo que el problema del sexo (masculino o femenino) haya sido -ni antes ni ahora- un problema menor. Ni siquiera me siento cómoda llamándolo “problema” cuando el  problema no es el sexo en sí mismo sino la manipulación que el poder hace del mismo. Por lo que se refiere al enfoque que podría darse hoy en día a la lucha feminista creo que tendría que ser el de siempre. Hay que hacer más hincapié en la educación. Actualmente hemos dado por hecho una igualdad y unos progresos en las relaciones entre los sexos que, a mi manera de ver,  simplemente no existen o no existen en la medida que nos lo presentan.       

Ud. ha trabajado en la enseñanza, ¿cómo se posicionó, si es que lo hizo, con respecto a la polémica del velo en los colegios de enseñanza pública? ¿Le parece que la actitud de prohibición de éste atenta contra la tolerancia?

No me tocó vivirla. Pero creo que es una hipocresía, un prejuicio inaceptable que prohíban a alumnas o profesoras llevar el hiyab o pañuelo en la cabeza en nombre de no sé qué hipócritas teorías. Las monjas siempre lo llevaron.  A nosotras nos obligaban a llevarlo en procesiones y visitas a la capilla ¿de qué estamos hablando! Si se hubiera producido un conflicto en mi instituto –cosa que dudo – la que se hubiera puesto el pañuelo hubiera sido yo.

Nos llama la atención en pleno desarrollo de la tercera ola feminista que propone un proyecto de eco-feminismo como modelo de sistema, usted escriba una novela «Soñar con Ballenas» cuyo centro de interés es una mujer. ¿La fusión de mujer y naturaleza tiene algo que ver o es pura coincidencia? ¿Cuál es su opinión con respecto al eco feminismo? ¿Cree viable esta propuesta, o se trata de una utopía?

La relación mujer-tierra-naturaleza no es una utopía y su descubrimiento ahora por parte de algunos me parece una falta de cultura (debían haberlo descubierto antes). El humanismo es “eco” o no es. El feminismo lleva, igualmente, implícito el adjetivo. En cuanto a mi vida o en mis novelas ¿qué otra cosa podría ser sino feminista? Soy feminista porque SOY mujer, para mí no es una ideología que haya podido –en algún momento – escoger sino el “sine qua non”  de mi existencia.

En el artículo de su blog  «Naranjas de la china», expone la importancia de las palabras, ¿La sociedad evoluciona gracias a las palabras o es el uso de éstas lo que hace que la sociedad evolucione?

A las palabras, alas. Y para que cumplan su destino –volar hasta los oídos de otro ser humano – hay que decirlas, no hay que ocultarlas. Si esto ayuda a la sociedad….en fin, depende de cuales sean  ¿VERDAD? A veces consiguen todo lo contrario.

La reciente polémica por la supresión de la palabra francesa «mademoiselle» por «madame», que ha enfrentado a las feministas que argumentan que se trata de una desigualdad con respecto al hombre, que siempre es denominado » Monsieur» y por lo tanto, su estado civil queda circunscrito en el ámbito privado, con los que opinan que se trata de una frivolidad ¿Qué consideración le sugiere la modificación de palabras por cuestiones de género u otras desigualdades? ¿ Es una necesidad o un error manipular el diccionario por motivos de significado?.

Soy de la opinión que desde que nacemos, TODAS las mujeres somos “señoras” hasta que no se demuestre lo contrario. Ni me gusta la palabra ni me parece una frivolidad rechazar lo de señorita. En cuanto a los diccionarios he comprobado que algunos- más que otros – son más un compilatorio de ideologías (machistas) que de palabras. Así que, en este sentido, creo que más nos vale a todos (chicos y chicas) aplicar un poco más de sentido crítico a sus –que no nuestras –manipulaciones.  

 

¿Qué piensa de la relación entre escritura y compromiso? ¿Se siente usted concernida? 

Entiendo la palabra compromiso como responsabilidad social. En ese sentido  creo con Arundhati Roy,  que una de las responsabilidades de los artistas en general y del escritor en particular, es cuestionarlo todo. Por supuesto, eso  –como no puede ser de otra manera–  me atañe  también a mí.

En su artículo » Para empezar» cita a Woodbull defensora del amor libre. ¿Cree que actualmente se respeta esa libertad de amar?

Me parece importante entender que el amor es “libre” por definición o…no es. ¿Qué si actualmente se respeta la libertad de amor? Yo diría que según y dónde. ..¿no te parece?

El Gobierno actual se plantea la revisión de leyes tales como la del matrimonio homosexual o el aborto, largas batallas de los sesenta ganadas recientemente. ¿Cree necesaria esta modificación, o es más bien desandar lo andado? 

Lo primero que quiero decir es que este gobierno, por lo menos a mí, NO ME REPRESENTA. Temo muy mucho que hayan salido de las cavernas y, sinceramente, ni conozco su lengua ni tengo el menor interés en conocerla. Mi único interés es que ellos y todas sus leyes desaparezcan cuanto antes mejor.

En la mayoría de sus post (en su blog) critica actitudes del Gobierno, ¿Cómo se imagina el desenlace de la crisis?

Si no conseguimos quitárnoslos de encima más que una crisis, esto será una catastrofe (ya lo es). La única esperanza es que parte de los que les votaron en las pasadas elecciones despierten de una  vez.  Eso y que los movimientos ciudadanos que gracias a sus nefastas políticas han despertado, no se duerman nunca.

Cuando empezó a escribir, ¿qué escritores le influyeron? ¿A quién admira Ud. como escritor?

De todos los escritores que he leído a lo largo de mi vida –y han sido muchos –  he podido aprender algo, incluso –y lo digo completamente en serio – de los que menos me gustaban. Pero son las escritoras las que más me han enseñado: Margaret Lawrence, Margaret Atwood, Wrislawa Szymborska, Arundhati Roy, Alice Munro…

Si tuviera que dar un consejo a un escritor novel, ¿qué le diría?

Que persevere, que escriba, que escriba y que escriba. ¿Quién soy yo para decir otra cosa?