Con fecha de 15 de mayo remito a mi doctorando Jairo Cubas Alvear la nueva legislación sobre el doctorado y le apremio para que, en consonacia con la misma, registre de una vez su Tesis, para no perder los derechos de los cursos realizados al amparo de una legislación ya vencida. El día 17 recibo un email sin ninguna referencia al asunto. Me anuncia su visita y me cita en el restaurante donde nos recibimos para finales de mes. Nada nuevo sobre la tesis.
Con este correo me llega también un nuevo envío con más de cien citas sobre el tema de su tesis. Transcribo aquí –siguiendo la sección iniciada en el número anterior de Subverso– alguna de estas citas. Elijo alguna:
Esta primera va acompañada de dos notaciones: «chismes», «frailes», insensibilidad «a los placeres, a la amistad y a la virtud». Ignoro aún a quien pertenece. Lo buscaré mañana:
Yo no sé si deberemos a los Padrecitos expulsos los buenos informes de que me hablas: ellos son aptísimos para chismes y embrollos de viejas. No tengo bubas, ni las he tenido jamás, ni cosa que se le parezca; lo que tengo es mi buen apetito, mi buena calva, y un diente de menos, que el otro día se me cayó comiendo unas peras cocidas. Conservo todabía buen humor entre mis amigos; y entre los que no lo son, aquel agridulce que tantas veces me ha libertado de ser engañado de los bribones o fastidiado de los necios. Mi complexión, delicada y sana a un tiempo, me da algunos ratos de hipocondría; mis nervios, sensibles en extremo e irritables, son el origen de mis incomodidades como de mis placeres. Desde que salí de España no he guardado cama ni un solo día por motivo de indisposición. Quando considero esto, y me veo independiente, dueño de mis deseos, con pocas facultades para ser loco, y las suficientes para ser feliz, con algunas ideas del mundo y alguna práctica en el trato de los hombres, sensible a los placeres, a la compasión, a la amistad y a la virtud, no puedo menos de perdonar los chismes de estos viejos desesperados.
Nada venía anotado con este otro papel:
España… «terra que face a los homes e los gasta.
Tampoco en este papel venía comentario o referencia alguna, aunque el léxico parece remitir, sin duda, al clima emocional de la ilustración. Una cosa me despista, con todo, la cita viene escrita al dorso de una foto curiosa en la que aparece Lorca con otra persona para mí desconocida:
la vida no duele siempre en el mismo sitio, y habían pasado muchos años desde que redacté su primera versión. Menesteres, azares, preocupaciones y trabajos volvieron a retrasar su aparición, y el manuscrito siguió durmiendo el sueño de los justos. Pocas cosas invitan en España a publicar un libro.
A anarquismo finisecular me suena alguno de estos versos (otros no), que no he podido identificar. En este caso, llevan, a lápiz, la anotación P.V., que inerpreto como iniciales del nombre del autor.