es músico, diseñador, poeta, activista… Sus huellas en «La curva» forman parte innegociable de la crónioca cultural de Valladolid. Jorge M. Molinero ha escrito de él, en el prólogo a su libro Ni lunas ni ángeles ni mariposas. (Sin licencia de poeta)*: «Chapu me gusta hasta cuando la caga, blasfema y pierde el norte, se deja llevar por iras, decepciones e injusticias. Cuando se ríe de los demás poetas dando cancha a Falsarius Poéticus, su alter ego de foulard y pulcro verbo. Y el tío, da la sensación que se descojona de todo el mundo. Y lo hace, pero siempre partiendo del escarnio y burla propia. Porque tiene un gran sentido del humor, cosa que le juega malas pasadas, pues muchas veces el mensaje puede quedar solapado por el chiste o la brillante frase aguda y cómica del final. Es un riesgo que corre, pero no olvidemos que sus versos son guadañas, escupitajos y cubos de agua fría, hieden y hieren, por eso habrá talibanes poéticos que le aparten y denigren, por el miedo a hacerles ver la vida, porque Chapu es vida, es calle, bar y aceras con mierdas de perro y lo muestra, lo denuncia y, si es menester, lo esparce. Chapu Valdegrama es poeta, por todo eso… Para muesta, los poemas que viene a continuación. Disfrutadlos cabrones, tenéis ante vosotros un trocito de infierno. Y es que en el cielo no hay alcohol»
De tugurios y putiferios
Como los putiferios
se engalanan con luces rojas,
la obscenidad más corrupta
se viste de raso púrpura.
Al menos los putiferios
declaran sus ingresos.
Mal poeta
Escribo mal, lo sé.
No soy culto
ni florido
ni etéreo.
Soy ramplón y grosero.
Ya me dijo el doctor
que tenía pérdida
de tejido subjuntivo.
Carpeta de artista
Me encanta ver pasar por la calle
a esos estudiantes de arte
con esas carpetanas,
esas enormes carpetas
que casi no caben en el brazo,
tan grandes como las esperanzas
que tienen puestas en su futuro de artistas.
Tan grandes también como su ego
(me conozco el paño).
Tan grandes como la hostia que se pegará
la gran mayoría de ellos.
COBARDE UNIFORMADO
Ahí le tienes.
Ese chulo con porra.
Ese Clint Isbud de todo a 100
con la ley al cinto.
¿Qué bandera juraría?
¿La de España?
¿La de Suiza?
Le hicieron besar
un billete
de quinientos,
seguro.
Y parece
que también juró
hacerse el valiente
con chavales
y con ancianos.
Y le gusta acojonar,
no hace falta que lo jure.
Pero juro que
a mí me parece
que las únicas pelotas que tiene
son las de goma
* Próxima aparición: consúltese eventos de Subverso