Yolanda Arroyo Gómez, doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Valladolid. Desde 1989 enseña tan apasionante materia a los futuros Ingenieros. Entre fórmula y fórmula, entretiene el poco tiempo que le queda escribiendo intrigantes relatos bajo la tutela de su profesora Yolanda Izard.
¿Curiosidad infantil?
El viernes 13 de mayo de 2016 fue un día terrorífico para mí. Tenía cinco años y me hice invisible. Yo no podía entender por qué aquel muñeco que ocupaba la que un día fue mi cunita me había arrebatado el cariño y la atención de mis padres, de mis abuelos, de mis tíos y de todos sus amigos. Además, me sorprendía que las pilas que le habían colocado no se agotaran nunca. Todo el día llorando o comiendo, siempre con esos ojos tan abiertos. Para qué, si no veía nada. El sábado pensé: la pila tiene que estar al caer, pero el muñeco siguió funcionando. Empecé a sospechar que podría tratarse de una batería recargable. El domingo ya no esperé más. A la hora de la siesta, mientras mis padres veían la película del fin de semana, cogí un destornillador y decidí abrir el muñeco para sacarle su fuente de energía y silenciarlo para siempre.