BRINDIS por David Pujante
«Puesto que solo somos la corteza y la hoja.
La gran muerte, que lleva cada uno en sí mismo,
ella es el fruto, en torno a lo que todo gira.»
(Rilke)
¿Y quién no está tocado
por la vida o la muerte?
¡Touché!
¿Quién puede aún decir
que vive en la crisálida,
sin exponer su vuelo
al perdigón oscuro
de ese fusil que siempre está dispuesto
a abatirnos?
¡Que me lo diga y brindaré con él
por esa suerte extraña,
ese sueño perenne
que sin embargo –todos lo sabemos–
no puede ser la vida!
Será sólo un letargo,
un extraño narcótico,
un curioso espejismo,
un no vivir viviendo,
un no sé qué, que tú, que lo padeces,
confundes con estar entre los vivos,
exento de su esencia destructora.