Caza, por Alejandro Ruiz
No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento.
Vio el plato de carne y su cara evidenció que quería salir de ahí.
No me gusta la carne, dijo.
Esto es un microrrelato, tienes que ser más explícito.
Pero me gusta cazar. Me enseñó mi abuelo.
Ahora te remontas a tu infancia. Te aviso de que se enfría la comida.
Mi abuelo odiaba a mi abuela. Odio de verdad, nunca la llamaba por su nombre, le decía: la cerda.
Parece que se pone interesante. Acaba ya. ¿Por qué no te gusta la carne?
Un día fuimos a comer a su casa, dijo que había cazado un jabalí.