DE LA POSADA AL HOTEL parte 2, por Enrique Alonso
Ningún crimen grande nace en la vivienda de un pobre, reza el dicho popular de una España dividida entre los pusilánimes que rayan con la estupidez y los egoístas que no hacen ascos al crimen con tal de lograr sus objetivos. La literatura de la época, entre chistes, juegos de palabras e hipérboles nos muestra...
DE LA POSADA AL HOTEL parte 1, por Enrique Alonso
A través de este conjunto de anécdotas históricas se puede ver a un pueblo que transita de un mundo que se acababa a otro que nadie sabía en qué consistía exactamente, de la hipocresía decimonónica al caos que se produce cuando se rompen las reglas y nadie ha pensado con que nuevo disparate hay...
AGUJAS DE MARFIL parte II, por Enrique Alonso
Empecemos por abatir las banderas para que esa bruma de trapos de colores nos permita ver la realidad, Sofía Casanova[1] era monárquica y conservadora, mostró sus simpatías a los vencedores de 1939 y sin embargo los “suyos” la olvidaron. Una mujer de orden que despreciaba a los bolcheviques, aunque podía entrevistar a Trotski como parte...
AGUJAS DE MARFIL parte 1, por Enrique Alonso
De una vez no se pierde todo, señor. La honra y la vergüenza[1] La literatura no es más que un reflejo de la realidad, una imagen de una humanidad que ha tenido avances constantes y, en unos pocos miles de años, ha pasado de tallar sílex en la boca de una cueva a poder...
EN EL CAFÉ DE LA MONTAÑA, por Enrique Alonso
…el español, teniendo un sitio donde opinar a gritos sobre lo que no entiende[1] Hay que romper de una vez con la pose intelectual que pretende convertir la voluntad en resultados. Una rémora del populismo que arrasó Europa en los años treinta y que sigue siendo parte del acervo cultural de España, porque todavía...
EL MADRID DE JULITO CALABRÉS, por Enrique Alonso
Es tentadora la idea de percibir Madrid como un museo nostálgico, proceso en el que están inmersas otras capitales europeas que no han sabido evolucionar con los tiempos y, en su decadencia, se han convertido en escaparates de glorias pasadas. Se podría incidir en esos raros especímenes que contracorriente intentaban insuflar un hálito de vida...
ETHOS
Una angustiosa búsqueda de la autenticidad, de la originalidad a cualquier precio, marca el concepto de cultura a principio de este siglo XXI, pero hace cien años nadie daba importancia a esa pirueta estilística que te convierte en imprescindible; vivir era la consigna, no perdurar. Lo paradójico es que mientras toda una generación busca motivos...
POR QUÉ NO SE DEBE QUEMAR EL CONGRESO, por Enrique Alonso
Quemar el congreso. Una cuestión que encierra demasiadas consecuencias jurídicas, filosóficas y de orden moral para tratarlas en una breve nota literaria, por lo tanto vamos a centrarnos en la faceta novelística del problema, en la decisión de Ramón Gaspar, personaje al que Joaquín Belda puso en la tesitura de ser fiel a la ley...
LA LITERATURA DE MEDIA TOSTADA, por Enrique Alonso
En una sociedad paliativa es difícil comprender las ilusiones, que en muchas ocasiones derivaban en desvaríos, de una generación que creyó poder cambiar el mundo. Una forma de vida que no fue aplastada por las bombas de la segunda guerra mundial, ni erradicada por la guerra fría, sus brujas y los cazadores que disparaban...
MÍOS, TUYOS, SUYOS parte II, por Enrique Alonso
Tampoco se debe reivindicar a Lucía Sánchez Saornil[1], obrerilla de telefónica que no se codeó más que con sus iguales, que ocultaba sus veleidades literarias con el seudónimo de Luciano de San-Saor y cuando los escritores salían a mostrar su extravagancia por la noche madrileña ella se iba a acostar para poder fichar a su...
QUIÉN DISPARÓ parte II, por Enrique Alonso
¿Quién mató a Antón del Olmet? “Lo mataron los invisibles. O, si se quiere, se mató él”[1], según la conclusión de Pedro Luis Gálvez. La prensa recoge el suceso con todos los matices de amarillo que se puedan imaginar, desde las condolencias del Heraldo de Madrid donde Antón del Olmet era colaborador, hasta la metedura...
QUIÉN DISPARÓ parte I, por Enrique Alonso
Porque ni en un sitio ni en otro hice yo nada que valiera dos reales ni que diera la menor luz a las pesquisas.[1] Ya tenemos el escenario, una Villa, con aprendiz de río incluido, pretensiones de ser lo que la historia le había negado y una necesidad de cambiar verdades por realidades. Todo ello...